BITERNA - Ed. Castellano - Judit Varela

Nos situamos en la cuna de la caza de brujas (siglo XV), en Cataluña, pocos años antes de que la brujería pasara a ser considerada un crimen que se pagaba con la vida. Después de la decadencia provocada por la Peste Negra y de la falta de respuestas por parte del clero para explicar esta y otras desgracias, la figura de la bruja había ganado más peso que nunca. Los aldeanos exigían responsables y, sobre todo, soluciones, las cuales iban cada vez más dirigidas hacia la erradicación de las personas capaces de realizar el maleficium, el veneficium y el tempestarii (tres habilidades mágicas asociadas con la brujería: maldecir, envenenar y producir tormentas).

En este contexto de caos, Isabella deja su casa tratando de deshacerse de las habilidades que la podrían conducir a ser acusada de brujería y herejía. Y es en Aqua Alba, un pueblo del Montseny, donde busca respuestas.

Poco después de su llegada, se da cuenta de que no todo va según lo previsto y encuentra dificultades para localizar a la persona que podría liberarla de un destino fatal. Será entonces cuando tendrá que poner en práctica sus estudios de medicina y su conocimiento sobre plantas medicinales. Irónicamente, este escenario hace que encaje mucho más en el prototipo de bruja medieval que la imagen que Isabella tenía antes de marchar de casa.